Bajo la luz de la luna llena, Miyo Oike se encontraba frente a una caja maldita, herencia de muchos ancestros atrás. El viento soplaba con fuerza, dando a la escena un aire de misterio y peligro. Con determinación en los ojos, Miyo invocó sus habilidades exorcistas transmitidas por generaciones en su familia. La caja temblaba y se abrió lentamente, liberando una niebla azul brillante que envolvía todo a su alrededor.
De repente, figuras sombrías emergieron de la niebla, eran los espíritus encarcelados en la caja en busca de venganza. Miyo se vio rodeada, pero en lugar de temor, una sonrisa valiente se dibujó en su rostro. Con un movimiento rápido, desató su poder interior y una luz azulada estalló desde su ser, haciendo retroceder a los espíritus malignos.
En medio del caos, uno de los espíritus habló en un susurro escalofriante: "La verdadera oscuridad está por venir, Miyo Oike. Tu destino está sellado". La joven exorcista sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero en lugar de retroceder, su determinación se fortaleció. Sabía que el desafío que se avecinaba era mayor que cualquier otro que hubiera enfrentado antes. Sería la prueba definitiva de su valentía y sus habilidades.