En una tranquila tarde de primavera en la escuela, Momoko estaba absorta en sus pensamientos mientras revisaba una vez más la lista de calificaciones de la clase. De repente, su mirada se posó en Haishima-kun, el chico misterioso que siempre estaba cabeceando en la silla de al lado durante las clases. Intrigada, decidió acercarse a él y entablar conversación por primera vez.
Lo que Momoko descubrió ese día cambió por completo su percepción de Haishima. Descubrió que detrás de esa apariencia de chico indiferente se escondía en realidad un genio tímido y reservado, con una capacidad sobrenatural para resolver problemas de matemáticas y ciencias.
A medida que pasaban más tiempo juntos, Momoko se dio cuenta de que Haishima no era el ser temible que ella había imaginado, sino todo lo contrario. Era un compañero amable y divertido, con un sentido del humor peculiar que lograba sacar una sonrisa de Momoko incluso en sus días más grises.
Poco a poco, Momoko y Haishima fueron construyendo una conexión especial, basada en la admiración mutua por sus habilidades únicas y en la complicidad de compartir secretos y sueños. Juntos, descubrieron un mundo de colores cósmicos que trascendía las limitaciones de la realidad, uniendo sus destinos en un romance tan inesperado como mágico.