En un atardecer ardiente en el desierto, Seo y Zayed se encontraron a solas en la cabaña del Conde Langene. La tensión entre ellos era palpable, cargada de deseos ocultos y secretos que amenazaban con salir a la luz. Seo, con su mirada desafiante, rompió el silencio que pesaba en la habitación y confesó su verdadero motivo de querer escapar del matrimonio arreglado.
"Zayed, no puedo hacerlo... No puedo casarme con alguien a quien no amo. Mi libertad vale más que cualquier riqueza que pueda ofrecerme mi familia", murmuró Seo, con determinación en sus ojos.
Zayed, con gesto impasible pero con un brillo fugaz en sus ojos, se acercó lentamente a Seo y tomó su mano con suavidad. "Seo, sé que no soy digno de ti, pero mi lealtad hacia ti es inquebrantable. Juntos, podemos enfrentar a tu familia y encontrar nuestra propia felicidad", susurró Zayed, con voz ronca y cargada de emoción.
Entre miradas intensas y corazones latiendo al unísono, Seo y Zayed se fundieron en un abrazo apasionado, dispuestos a desafiar todas las adversidades que se interponían en su camino. En ese instante, en medio del desierto húmedo, nació una nueva esperanza de amor verdadero y libertad absoluta.