Bajo la fría luz de la luna, Hyeon-oh se paró frente al bar en Tokio, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. Seis largos años habían pasado desde la última vez que vio a Seo-Hyun, el chico inocente que una vez le dio una pequeña luz de esperanza en medio de su oscuro mundo yakuza. Ahora, al ver a Seo-Hyun convertido en un anfitrión en ese bar, la sorpresa invadió su ser.
Seo-Hyun se acercó con una sonrisa deslumbrante, su mirada llena de confianza y misterio. "¿Cómo has estado, hyung?", dijo con una voz suave pero segura. "¿No crees que he mejorado mucho?" Hyeon-oh se quedó sin palabras, incapaz de creer la transformación que veía frente a él. La inocencia que una vez adornó el rostro de Seo-Hyun ahora estaba reemplazada por una seductora aura de peligro.
Entre ellos, un silencio tenso se instaló, cargado de recuerdos y secretos sin resolver. Hyeon-oh se preguntaba qué había llevado a Seo-Hyun por ese camino, mientras que el brillo en los ojos de este último sugería que las respuestas podrían no ser tan sencillas como parecían.
El destino había vuelto a unir sus caminos, pero esta vez, las sombras del pasado amenazaban con destruir cualquier posibilidad de redención o amor. ¿Podrían ambos encontrar la paz y la redención que tanto ansiaban, o estaban condenados a repetir los errores del pasado en un mundo donde la línea entre la noche y el día era tan delgada como el alba misma que intentaba separarlos?