En una fría noche de invierno, Yun-sun se encontraba solo en su habitación, sumido en sus pensamientos tras la inesperada visita de Han Sun-hwa. Las palabras del chico resonaban en su mente, creando un torbellino de emociones que lo abrumaban. Justo en ese momento, suena el timbre de la puerta. Yun-sun se levanta con cautela y abre la puerta, y allí está Jay, con una expresión seria en su rostro.
—Tenemos que hablar —dice Jay, su mirada penetrante fija en Yun-sun.
Entre susurros nerviosos y miradas intensas, Jay revela un secreto que cambiará por completo la percepción de Yun-sun sobre su vecino. Mientras el reloj sigue marcando las horas, los dos jóvenes se sumergen en una conversación profunda, desenterrando verdades ocultas y sentimientos enterrados.
De repente, un ruido estruendoso irrumpe en la conversación, interrumpiendo el momento íntimo entre Yun-sun y Jay. Ambos se miran con sorpresa, pero antes de que puedan reaccionar, la puerta se abre de golpe y en el umbral aparece Han Sun-hwa, con el ceño fruncido y una determinación feroz en sus ojos.
—No puedo perderte, Yun-sun —declara Han Sun-hwa con voz temblorosa.
Las palabras resonaron en la habitación, creando un triángulo amoroso complicado y lleno de pasión, donde cada personaje lucha por su propia felicidad y el amor verdadero. Los corazones se enfrentan, las emociones se entrelazan y el destino de estos tres jóvenes queda enredado en una maraña de deseos y secretos.