El sol brillaba sobre la pequeña floristería "Flores en el Jardín" mientras Choi Hyungseo, con su característico encanto arrogante, se preparaba para abrir la tienda. Desde que contrató a Jungwon, las cosas habían tomado un giro inesperado. Jungwon, con su inocencia y dedicación, logró ganarse un lugar en el corazón de Hyungseo, a pesar de sus intentos por mantener las cosas profesionales.
Una tarde lluviosa, Hyungseo encontró a Jungwon dormido en el sofá de la tienda, una botella de licor vacía a su lado. La ira y la decepción se mezclaron en el rostro de Hyungseo, pero algo en la vulnerabilidad de Jungwon lo detuvo. En un impulso, decidió proponerle una apuesta: si Jungwon lograba mantenerse despierto toda la noche, Hyungseo le revelaría un secreto personal.
Jungwon, desconcertado pero determinado, aceptó el desafío. Durante horas, compartieron risas, historias y confidencias. La noche los unió de una manera inesperada; Hyungseo descubrió que bajo la fachada imperturbable de Jungwon, yacía un corazón herido en busca de amor y aceptación.
A medida que el amanecer teñía el cielo de colores cálidos, Hyungseo se dio cuenta de que la apuesta había sido mucho más que un simple juego. Había sido el comienzo de algo especial, algo que florecería como las hermosas flores en su jardín.