La brisa de la tarde susurra a través de las ventanas del aula de secundaria, donde dos chicas completamente diferentes se encuentran cara a cara. Una, con el rabillo del ojo cubierto por un mechón de cabello negro, es temida por todos como la delincuente de la escuela. La otra, de pulcros uniforme y perfecta postura, es la presidenta de la clase, admirada por su diligencia y carácter recto.
Pero esta tarde, en un giro inesperado, la delincuente saca un pequeño libro de su mochila y lo ofrece a la presidenta con una sonrisa reticente. "Leí en tu blog sobre tu amor por la poesía", murmura, desafiante pero con un destello de vulnerabilidad en sus ojos oscuros.
La presidenta, sorprendida por el gesto, toma el libro con cautela y descubre páginas llenas de versos sinceros y emocionantes. En un instante, la barrera entre ellas se desvanece, revelando capas desconocidas bajo las apariencias. La delincuente, resulta que usa su actitud desafiante como escudo para proteger su corazón herido, mientras que la presidenta esconde sus inseguridades detrás de su fachada de perfección.
Con cada poema compartido, las dos chicas descubren una conexión inesperada, una complicidad que desafía las etiquetas impuestas sobre ellas. Y en ese aula, entre risas y lágrimas compartidas, nace una amistad inesperada que transformará no solo sus propias vidas, sino también la percepción de todos a su alrededor.