Bajo el manto de la noche estrellada, el joven misterioso se enfrentaba a Godot, el inmortal que había sembrado el terror en el pequeño pueblo. Con determinación en sus ojos, el joven desveló un secreto impactante: él también llevaba la marca de la "boca del demonio", pero no como una maldición, sino como un don. Las 101 bocas del demonio en su cuerpo lo conectaban con el poder primigenio del demonio devorador.
Godot, sorprendido por la revelación, soltó una carcajada siniestra y desafió al joven a demostrar su valía. De repente, las sombras se agitaron y las bocas del demonio en el joven cobraron vida, emanando un aura oscura y poderosa que envolvió la escena en un silencio tenso. El joven extendió la mano y las bocas del demonio se abrieron de par en par, listas para devorar a Godot y acabar con su reinado de terror.
En medio de la confrontación, la verdad salió a la luz: el joven no buscaba destruir al inmortal, sino liberarlo de la maldición que lo consumía. Sus razones eran profundas y su determinación inquebrantable. Mientras las bocas del demonio se cerraban lentamente alrededor de Godot, el joven susurró unas palabras al oído del inmortal, desencadenando un giro inesperado en la batalla final.
La oscuridad se cernía sobre el pueblo, pero en medio de la adversidad y el caos, la esperanza brillaba como una luz en la oscuridad. ¿Qué destino aguardaba a Godot y al joven misterioso marcado por el demonio? ¿Se desataría el apocalipsis o surgiría la redención en el final del mundo?