Bajo el cálido resplandor del sol de la tarde, Nanoka Koyanagi paseaba despreocupada por el parque cuando se topó con una escena inesperada. Una gata de cola corta, de mirada penetrante, se le acercó con una extraña insistencia. Intrigada, Nanoka decidió seguirla y pronto se vio envuelta en un encuentro inesperado.
La gata la llevó a un rincón apartado donde tres mujeres distintas se encontraban reunidas. La primera, Minami, una estudiante de secundaria, tenía heridas profundas en su muñeca que revelaban un dolor oculto. La segunda era una joven acosada constantemente por sus compañeros de clase, cuyo brillo en los ojos demostraba una fortaleza inquebrantable. La tercera, una anciana tranquila con una mirada melancólica, parecía llevar sobre sus hombros un peso demasiado grande para su pequeño cuerpo.
Entre susurros y miradas cómplices, las mujeres compartieron sus historias, entrelazando sus destinos en un momento de conexión única. Nanoka, con su corazón latiendo con fuerza, intuyó que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. En medio de secretos sepultados y emociones a flor de piel, se desataba un torbellino de misterio y redención que las uniría en un camino de autodescubrimiento y esperanza. La gata, testigo silencioso de esta reunión, parecía saber más de lo que dejaba entrever, como si guardara la llave de un enigma que cambiaría sus vidas para siempre.