Título: Megane Cafe Glass
En Megane Cafe Glass, la vida de Kotaro dio un giro inesperado cuando cruzó la puerta de la cafetería. Sus lentes, que consideraba su maldición, de repente se convirtieron en su mayor bendición. Las miradas curiosas y maravilladas de las clientas se posaron en él, atrapándolo en un torbellino de emociones contradictorias.
Mientras servía café con torpeza, Kotaro se encontró enredado en un enredo de situaciones cómicas y desafíos inesperados. Las chicas parecían fascinadas por sus lentes, no por su rostro. La ironía se burlaba de él, pero también le abría una puerta a un mundo de posibilidades.
Entre risas y titubeos, Kotaro descubrió la verdadera razón detrás de su inseguridad. Las apariencias engañan, y en Megane Cafe Glass, aprendió que la confianza no solo viene de la imagen reflejada en un par de gafas, sino de la aceptación de uno mismo.
Cada taza de café derramado, cada sonrisa nerviosa, cada interacción torpe lo acercaba un paso más a comprender que las imperfecciones son parte de lo que nos hace humanos. Y en ese pequeño café, Kotaro encontró mucho más que una oportunidad para conquistar a las chicas, encontró una oportunidad para conquistarse a sí mismo.