Título: Quiero hacerlo, aunque me duela.
En la penumbra de la noche, Hayeon apretaba con fuerza el ramo de rosas blancas que había comprado para él. El amor no correspondido que sentía la había consumido por dentro durante tanto tiempo, haciéndola invisible a sus ojos. Él nunca la vería como algo más que una amiga, una compañera más del club, una colega de trabajo. Pero todo cambió cuando supo que él estaba a punto de casarse por conveniencia.
La noticia la golpeó como un puñetazo en el estómago, despertando un huracán de emociones en su interior. Sin poder contenerse, una determinación feroz se apoderó de ella: haría lo imposible por conquistarlo, por hacerle ver que ella era la mujer indicada, la que estaba destinada a estar a su lado.
Decidida a luchar por su amor, Hayeon urdió un plan audaz y arriesgado. No se detendría ante nada ni nadie en su búsqueda desesperada de amor y reconocimiento. Sabía que el camino sería difícil y doloroso, pero estaba dispuesta a sacrificarlo todo por una oportunidad, aunque fuera una mínima posibilidad, de ser amada por él.
Los días de triunfo y tragedia, de pasión y desesperación, estaban por llegar. Hayeon se adentraría en un torbellino de emociones, enfrentando obstáculos inimaginables y descubriendo el verdadero poder del amor y la determinación.
¿Podría el fuego de su amor avivar una llama en el corazón de aquel hombre? ¿O sería consumida por la oscuridad de la indiferencia y el desamor? Solo el tiempo lo diría, mientras la protagonista se adentraba en un viaje sin retorno hacia su destino incierto.