Bajo la luz de la luna creciente, Ayame caminaba por las calles empedradas de Kyoto, su mente llena de sueños de convertirse en una valiente heroína que luchara por la justicia. Sin embargo, su destino daría un giro inesperado esa misma noche. Mientras regresaba de un baile, el ladrido de un perro rompió el silencio de la noche y la sacó de sus pensamientos. Siguiendo el sonido, se encontró con un hombre misterioso en apuros, luchando contra el feroz animal.
Sin dudarlo, Ayame se lanzó al rescate, logrando ahuyentar al perro y salvar al desconocido. En medio de la confusión, algo cayó al suelo con un fuerte estrépito. Era una extraña consola de videojuegos que parecía pulsar con una luz ominosa. La curiosidad pudo más que ella, y contra todo juicio, Ayame decidió encender la misteriosa consola.
Pero lo que no sabía era que aquel artefacto tenía el poder de invertir la realidad a su antojo. Cada vez que jugaba, el mundo a su alrededor cambiaba, distorsionando la línea entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Mientras luchaba por comprender la verdad detrás de aquel misterio, Ayame descubrió que a veces, las sombras más oscuras se esconden en los lugares más inesperados, y que la verdadera batalla apenas comenzaba.