Bajo el pesado manto de la noche, las sombras danzaban en torno a Ryo Narushima, cuyos ojos reflejaban un abismo de confusión y desesperación. Un halo de misterio envolvía la noche en la que, sin comprender del todo sus motivos, sus propias manos se convirtieron en instrumentos de muerte para sus padres.
Enviado a un reformatorio como castigo por sus terribles acciones, Ryo se vio inmerso en un cruel mundo donde la violencia física y sexual reinaban sin piedad. Pero la semilla del poder germinaba en su interior, y en la oscuridad de su celda, se juró a sí mismo aprender las artes del combate para convertirse en un guerrero invencible.
Dos años de sufrimiento y soledad parecían no ser suficientes para aplacar la furia que ardía en su corazón. Cuando finalmente fue liberado, Ryo emergió de entre las sombras con una determinación férrea y una sed insaciable de venganza contra aquellos que lo habían hundido en el abismo. Ahora, con el puño en alto y el grito de guerra en los labios, se alzaba como una fuerza imparable lista para reclamar su lugar en el mundo.