En las sombrías ruinas de la ciudad de Deya, Reinald Silhoot recorría los escombros con la mirada perdida. El recuerdo de la masacre seguía fresco en su mente, el dolor y la desesperación lo consumían día tras día. En medio de la desolación, una voz infantil lo sacó de su letargo. Levantó la vista y vio a una niña de coletas rojizas y ojos plateados, una niña que no debería estar viva.
"¿Así que alguien sobrevivió, eh?" susurró la niña con una sonrisa macabra en los labios, revelando una dentadura afilada como cuchillas. Su presencia no auguraba nada bueno, era como si la oscuridad misma se hubiera materializado frente a Reinald.
A medida que la niña se acercaba, una aura maligna la rodeaba, sus ojos plateados brillaban con una intensidad aterradora. Reinald, sin saber por qué, sintió un frío helado recorrer su espalda. ¿Qué era aquella niña? ¿Un ser de la oscuridad disfrazado de inocencia infantil?
Con cada paso que daba la niña, el suelo temblaba y las sombras se retorcían a su alrededor. Reinald supo en ese momento que su vida cambiaría para siempre. La pequeña niña de coletas rojizas desencadenaría una serie de eventos que pondrían a prueba su valentía y sus convicciones más profundas.
Así, en medio de las ruinas y la desolación, comenzó la épica historia de Reinald Silhoot, el cazador de demonios, y la misteriosa niña con ojos de plata. Juntos, enfrentarían peligros inimaginables y descubrirían secretos ancestrales que desafiarían todo lo que creían saber sobre el mundo en el que vivían.