Estaba Eugene, totalmente desconcertado al descubrir el oscuro secreto de Deacon Sheng, su empleador. ¡Resulta que Deacon era... un vampiro! Eugene comenzó a cuestionarse si había tomado la decisión correcta al aceptar el trabajo, pero antes de poder reaccionar, se encontró atrapado en una situación aún más embarazosa. Deacon reveló que la única forma de romper el tabú de beber sangre era a través de un... ¿beso? Los labios fríos de Deacon se acercaron lentamente a los de Eugene, quien sintió una mezcla de miedo y curiosidad recorriéndole. En ese momento, una compleja gama de emociones y pensamientos invadió la mente de Eugene. ¿Qué significaba este extraño pacto entre él y el vampiro? ¿Se atrevería a sellar ese tabú con un beso prohibido?