Bajo las luces parpadeantes del club, Sung-min vislumbró a lo lejos a aquella mujer que le había hecho la vida imposible en la secundaria. La profesora Kang, quien le había dado la espalda mientras él sufría el acoso de sus compañeros. Una sensación de ansiedad y enojo se apoderó de él al recordar aquellos días oscuros de su juventud. Se acercó a ella con paso decidido, su rostro oculto tras una máscara elegante y misteriosa.
Al verlo, la expresión de sorpresa en el rostro de la profesora Kang fue evidente. Sin embargo, antes de que pudiera articular palabra alguna, Sung-min tomó la iniciativa con voz firme y gélida: "Recuerdo cada humillación que sufrí gracias a ti, profesora. Ha llegado el momento de saldar cuentas".
La mirada de la profesora Kang pasó de la sorpresa al temor, sus ojos reflejaban un atisbo de remordimiento. Sung-min sonrió con satisfacción al notar la fisura en su armadura de altivez. Pero, justo cuando estaba a punto de exigir su merecida venganza, una voz conocida resonó a su espalda. Era Min-joo, su mejor amiga en la secundaria, quien había presenciado toda la escena.
"¿Qué estás haciendo, Sung-min?", preguntó Min-joo con tono de reproche. Sung-min se congeló al darse cuenta de que la sed de venganza lo había cegado por completo, sin detenerse a considerar las consecuencias de sus acciones.
La noche en el club se tornó aún más tensa, con los corazones de los tres protagonistas latiendo al ritmo de un pasado nunca olvidado y un futuro incierto.