En medio de la oscuridad de la habitación, Huimin Seo se encontraba desorientado. Sus ojos se abrieron lentamente, adaptándose a la penumbra. De repente, recordó. No estaba en su habitación en Seúl, estaba en un lugar completamente desconocido, rodeado de desconocidos que le miraban con ojos hambrientos. Intentó levantarse, pero unas manos fuertes le sujetaron con firmeza.
- ¡Suéltame! -exigió Huimin, luchando por liberarse.
Pero entonces, una voz profunda y autoritaria resonó en la habitación.
- Tranquilo, omega. Ahora eres mío.
Huimin se quedó helado al reconocer la voz de Iheon Cha, el poderoso alfa de la novela que había leído obsesivamente. Todo cobraba sentido de repente. Había sido transportado al mundo de la novela que tanto le había cautivado, y ahora era el protagonista de su propia historia.
A medida que Huimin se enfrentaba a la dura realidad de su nueva vida, se dio cuenta de que las complicaciones entre él y Iheon iban mucho más allá de lo que había imaginado. Debía encontrar la forma de cambiar el curso de los acontecimientos, de desafiar su destino escrito en las páginas del libro que ahora se convertía en su vida. La lucha por el poder, el amor y la libertad acababa de comenzar.