Bajo el brillo plateado de la luna, Sungyeol se encontraba de rodillas en la nieve, con la mirada perdida en el horizonte. Sus manos temblorosas aún recordaban la sensación de la hoja fría en su piel, el rojo de la sangre que lo había envuelto en un torbellino de caos. Jaseong se acercó lentamente, su presencia reconfortante como un rayo de luz en la oscuridad.
"¿Por qué lo hiciste?", murmuró Jaseong, con la voz cargada de dolor y confusión. Sungyeol levantó la mirada, sus ojos reflejando una mezcla de culpa y desesperación.
"Él intentó matarme", susurró Sungyeol, su voz quebrándose con la intensidad de sus emociones. Jaseong lo miró fijamente, tratando de entender la complejidad de los secretos que lo rodeaban.
A medida que la nieve seguía cayendo, las sombras del pasado de Sungyeol comenzaron a emerger, entrelazándose con los propios demonios de Jaseong. Dos almas rotas en busca de redención, dos corazones heridos luchando por sanar en medio de un torbellino de misterio y deseo prohibido. Una línea cruzada que amenazaba con desmoronarse en cualquier momento, revelando verdades que podrían destruirlos a ambos.