Soraya abrió los ojos por un momento, sintiendo un intenso dolor en la cabeza. A su alrededor, niños gritaban y veía pies acercándose a ella. Sentía cómo su mejilla y parte de su cuerpo tocaban la tierra, como si todo su ser estuviera siendo presionado hacia abajo. Antes de poder comprender lo que sucedía, volvió a perder el conocimiento.
Cuando Soraya despertó nuevamente, se encontraba en un lugar desconocido, rodeada de extrañas criaturas con ojos brillantes y sonrisas malévolas. No recordaba cómo llegó allí ni quiénes eran esas entidades que la observaban con curiosidad. A medida que intentaba ponerse de pie, una voz susurrante resonó en su mente, advirtiéndole sobre los peligros que le aguardaban en aquel mundo misterioso.
Decidida a descubrir la verdad detrás de su inexplicable llegada a ese lugar, Soraya se adentró en una aventura llena de magia, demonios y secretos ancestrales. Con cada paso que daba, sentía que una fuerza desconocida despertaba en su interior, otorgándole poderes sobrenaturales que ni siquiera ella misma podía controlar por completo. Enfrentando sus miedos más profundos y desentrañando conspiraciones milenarias, Soraya se dio cuenta de que su misión trascendía los límites de lo imaginable y que el destino de todo un mundo dependía de sus acciones.