¡Jonathan estaba parado frente al espejo, observando fijamente su reflejo mientras la luna llena iluminaba su habitación en penumbras. Gotas de sudor frío resbalaban por su frente mientras su corazón latía desbocado en su pecho. La tentación lo consumía, lo llamaba desde lo más oscuro de su ser. Esa sed incontrolable, ese deseo prohibido que lo perseguía sin descanso: la sangre.
Cerró los ojos con fuerza, intentando ignorar la voz que le susurraba al oído, incitándolo a ceder a sus instintos más primitivos. Pero era inútil. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando una imagen vívida se apoderó de su mente: el rojo intenso de la sangre brotando de una herida fresca, el aroma metálico llenando sus sentidos, la sensación embriagadora de poder y dominio.
Jonathan sabía que estaba en un punto de no retorno. Su vida, tan normal y tranquila hasta entonces, se deslizaba peligrosamente por un abismo oscuro y tentador. ¿Podría resistirse a la llamada de su sangre?, ¿podría controlar sus deseos antes de que lo consumieran por completo?
Con el corazón en un puño, abrió los ojos y se enfrentó a su reflejo una vez más. En su mirada se reflejaba la lucha interna entre su humanidad y su naturaleza más salvaje. ¿Qué camino elegiría Jonathan? El destino aguardaba en la penumbra, ansioso por desvelar el próximo capítulo de esta escalofriante historia de obsesión y sangre.¡