El sol se filtraba a través de las cortinas, inundando la habitación con una luz cálida y dorada. Akagi estaba absorto en sus pensamientos mientras observaba por la ventana, su mente llena de sueños de capturar la perfección física en sus fotografías. De repente, un movimiento fuera de lo común atrajo su atención: un chico de cabello oscuro y mirada determinada estaba entrenando en el campo de atletismo.
Intrigado por la musculatura de Suga, Akagi decidió acercarse a él y proponer una colaboración inesperada. "¿Serías mi modelo?", le preguntó, desatando una serie de acontecimientos inesperados. Suga, sorprendido pero intrigado, aceptó la propuesta con una sonrisa enigmática.
A medida que Suga se convertía en su sujeto, Akagi descubrió no solo la belleza de su físico, sino también la complejidad de su ser. Entre sesiones de fotos intensas y conversaciones nocturnas, surgió una conexión profunda entre ellos. Pero a medida que Akagi se adentraba en el mundo interior de Suga, se dio cuenta de que su deseo de perfección estaba lejos de ser tan puro como creía.
Secretos, deseos reprimidos y una pasión arrolladora se entrelazaban en una trama llena de giros inesperados. En medio de la búsqueda de la perfección, ambos se enfrentaron a sus propias inseguridades y descubrieron que, a veces, la verdadera belleza reside en la aceptación de uno mismo y en encontrar la felicidad en los brazos de aquel que realmente te comprende.