El joven de Kansai se encontraba atado en la habitación oscura, sintiendo el frío metal de las cadenas mordiendo su piel. El asesino enmascarado lo observaba en silencio, con una silla en la mano, listo para lanzarla. El miedo lo invadía, pero en medio de la desesperación, una extraña sensación de placer se apoderaba de él cada vez que el asesino lo golpeaba.
Su mente se nublaba con pensamientos confusos mientras luchaba por comprender la complejidad de sus propios deseos y las motivaciones retorcidas del enmascarado. Cada encuentro, cada golpe, parecía revelar capas ocultas de sus propias emociones, llevándolo por un camino de confusión y excitación prohibida.
En medio de la oscuridad y la violencia, surgía una conexión inexplicable entre el asesino y el chico de Kansai, una danza peligrosa de seducción y miedo que los conducía por un camino sin retorno. ¿Quién era realmente el cazador y quién la presa en este juego retorcido de deseo y peligro? Nada era lo que parecía en la perturbadora historia de Kansaijin to Hukumensatsujinki.