La sala estaba llena de muñecas de porcelana, cada una más hermosa y misteriosa que la anterior. Valentina, la dueña de la tienda, observaba atentamente a la joven que tenía frente a ella. Era tan salvaje como bonita, con una mirada desafiante y una sonrisa traviesa. Esta chica, de nombre Luna, había sido elegida para ser entrenada como vendedora de las muñecas, pero Valentina sabía que no sería una tarea fácil.
Con paso decidido, Valentina se acercó a Luna y le susurró al oído: "Para vender las muñecas, primero debes entenderlas". Luna la miró con curiosidad, mientras Valentina abría una caja y sacaba una muñeca antigua, con los ojos de cristal que parecían seguirte a donde quiera que fueras. Sin apartar la vista de la muñeca, Valentina continuó: "Cada una de estas muñecas tiene su propia historia, su propia alma... y tú debes aprender a escucharlas".
Luna asintió, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. A medida que Valentina avanzaba en su entrenamiento, Luna descubría secretos ocultos detrás de las muñecas, conexiones misteriosas entre cada una de ellas y su propia vida. Pronto, se vio envuelta en una trama de amor, traición y venganza que la obligaría a cuestionar todo lo que creía saber.
Entre risas y lágrimas, Luna y Valentina se embarcaron en un viaje emocionante a través del pasado y el presente, donde descubrirían la verdad detrás de las "muñecas" y de sí mismas. Y en medio de todo, una pregunta persistía en sus mentes: ¿podrían romper el ciclo de dolor y redescubrir el amor perdido?