En la noche de bodas, Ramudan se encontraba nervioso y ansioso por lo que estaba a punto de suceder. Sabía que había aceptado ser el reemplazo de su hermana gemela, Lala, en su boda con Uruji, el comerciante rico. A medida que la ceremonia avanzaba, Ramudan no podía sacar de su mente la apasionada declaración de amor que Lala le había hecho sobre su verdadero amante.
Cuando finalmente llegó el momento de la intimidad con Uruji, Ramudan intentaba mantener la compostura mientras se quitaba lentamente el vestido de novia. Sin embargo, en lugar de sorprenderse ante la revelación de su identidad, Uruji simplemente sonrió con complicidad.
"Entiendo tu sacrificio, Ramudan", susurró Uruji, acercándose lentamente a él. "Pero no necesitas fingir más".
La mano de Uruji acarició con delicadeza el rostro de Ramudan, quien se quedó atónito ante la reacción inesperada de su esposo. En ese momento, Ramudan se dio cuenta de que las apariencias podían ser engañosas y de que quizás, al final, el amor verdadero estaba más cerca de lo que creía.